Rambo, encarcelado por sus antiguos crímenes, recibe por parte del coronel Trautman la misión optativa de ir a Vietnam para comprobar si aún quedan prisioneros de guerra. Si la misión saliera bien, el presidente le concedería el perdón, y así sería libre. Rambo acepta. Está bajo las órdenes de un falso teniente (Murdock), al que muy en el fondo sólo le interesa el dinero y el poder de su nación, y al que le da igual perder a unos cuantos hombres, por muy inocentes que sean, si sigue controlando las cosas como él quiere. Murdock le encarga que sólo saque fotos, y que no ataque al enemigo. Pero al saltar en paracaídas sobre un área selvática prohibida, Rambo pierde todo su equipo, excepto un cuchillo dentado y un arco.